por Dr. Miguel O. Longo y Dr. Miguel A.Tenreiro

En el presente  trabajo se expone la posibilidad de curación mediante el tratamiento homeopático en aquellos casos en que es imposible llegar a un diagnóstico clínico, y donde han fallado todos los tratamientos sintomáticos realizados con anterioridad

Se ejemplifica con dos casos tratados con Sulphur.

Hay ocasiones, en que es imposible para un veterinario llegar al diagnóstico nosológico, o siquiera aproximarse a una hipótesis del mismo.

Presentamos dos casos que pretenden ejemplificar esta situación. En el primero de ellos, un enfermo crónico, con síntomas objetivos muy molestos, en el que se efectuaron todos los estudios complementarios posibles, sin llegar a un diagnóstico, y en el que los tratamientos habituales de la medicina oficial ni siquiera llegaron a lograr un efecto paliativo. El otro caso, una noxa mental provoca un síntoma físico objetivo, de presentación aguda, e inexplicable desde la fisiopatología.

No solo queda en evidencia que de no ser por la homeopatía es altamente probable que no se hubiera podido hacer nada por estos animales, sino que aún cuando es imposible llegar a un diagnóstico nosológico, tenemos las mejores posibilidades de curación.

Situaciones similares se producen cuando los propietarios de los animales, no pueden o no quieren efectuar estudios, sea por razones económicas o de cualquier otra índole.

Estos casos nos llevan a reflexionar acerca de cuantas veces habremos curado enfermedades que aún no han sido descriptas ni descubiertas, lo que deja de manifiesto el enorme potencial de la homeopatía.

CASO 1: LA DIARREA ETERNA

Una señora mayor se presenta en nuestro consultorio con una gata mestiza, hembra, castrada, de ocho años de edad. Nos refiere que está con diarrea desde hace...¡dos años!.

A consultado a varios veterinarios que le recetaron durante ese tiempo, distintos antiespasmódicos, antidiarreicos, antibióticos, antiparasitarios, sin obtener ningún resultado.

Cuando llegaba el momento de solicitar estudios, generalmente a la semana de no obtener resultados, la señora se negaba a efectuarlos sin dar razón alguna, y cambiaba de veterinario.

La situación se le hizo intolerable, porque vivía sola en un departamento de un ambiente con la gata en ese estado, a pesar de lo cual ni siquiera se le había ocurrido deshacerse del animal.

De esta manera, con el último colega que consulta, accede a realizar los estudios complementarios indicados, que al ir dando resultados negativos, son seguidos por otros, y otros estudios... .

-         Análisis coproparasitológico negativo.
-        Análisis funcional de materia fecal, sin anormalidades.
-         Análisis de orina sin anormalidades.
-         Serología para Leucemia Felina (método Elisa): no reactivo.
-         Serología para Inmunodeficiencia Felina (método Elisa): no reactivo.
-         Análisis de sangre completos: sin valores anormales, excepto una muy leve suba de la Fosfatasa Alcalina a 31 U/L (normal hasta 20 U/L), pero hay que recordar que la mucosa intestinal es uno de los tejidos que poseen mayor concentración de esta enzima, por lo que una modificación tan pequeña de los valores no es significativa.
-         Ecografía de abdomen: se examinaron ecográficamente todos los órganos abdominales, el informe dice lo siguiente: “asas intestinales congestivas, imagen compatible con diarrea”.

Se le administran similares tratamientos a los anteriores, y tampoco se obtiene respuesta. Queda de manifiesto una vez más la brecha que existe entre los recursos diagnósticos, y los terapéuticos.

Y así llega por fin a nuestro consultorio, recomendada por un conocido, haber si en una de esas nosotros podemos hacer algo por su gata.

El animal está algo delgado, pero de ninguna manera da la impresión de haber estado tanto tiempo con diarrea.

Contra lo que podría esperarse, no pudimos obtener ningún síntoma mental  ni general que fuera medianamente útil. Así que repertorizamos estos síntomas particulares:

-         MATERIA FECAL, LIQUIDA, en general

-         MATERIA FECAL, LIQUIDA, aterronada y líquida

-         MATERIA FECAL, LIQUIDA, seguida por dura

-         RECTO, DIARREA, crónicas

-         RECTO, DIARREA, debilidad, sin

Los medicamentos que mejor cubren este pobre conjunto de síntomas, son: Sulphur y Calcárea carbónica.

Que la gata pudiera estar en buen estado a pesar del tiempo que duraba la diarrea, nos hacía pensar que estábamos dentro del miasma psórico. Para diferenciar entre estos dos medicamentos no era un dato útil.

Por la ausencia de síntomas mentales y generales, nos decidimos por Sulphur. Se prescribió a la 30 C en dos tomas diarias. No se le indica ninguna modificación en la dieta. Había comido siempre carne y nunca había sido posible modificar ese hábito alimenticio.

A los tres días cesó la diarrea, y por primera vez en tanto tiempo pasa dos días sin defecar; luego realiza una deposición sólida por día o día por medio.

Ya llevábamos diez días sin diarrea, cuando nos llama muy angustiada por teléfono, y nos refiere que le dio leche y la gata hizo una diarrea “muy fea”, con “comida como sin digerir”.

A pesar que Calcárea Carbónica, el otro medicamento que teníamos en cuenta, cubre mejor los síntomas diarrea después de leche, y diarrea lientérica, logramos resistir la tentación de cambiar el medicamento y mantenemos Sulphur 30 C, con la sola indicación de que no le dé mas leche. Al otro día volvió a la normalidad.

A pasado el tiempo suficiente en muy buen estado clínico, como para suponer que se a obtenido una curación. Es destacable la rapidez con que actúo el medicamento, solamente tres días.

EL MENTON HINCHADO

31/01/94 Se examina en nuestro Centro Asistencial a “Kitty”, un gato macho castrado de cinco años de edad, con acné sobre el mentón, que se extiende a todo el labio inferior. Las lesiones consisten en comedones, foliculitis supurativas (con pus acuoso y sangre), edema del mentón y espesamiento del labio inferior. Las erupciones cursan con mucho dolor. Esto impide la normal alimentación del animal. La colega actuante en esa ocasión, lo trata con antibióticos y antiinflamatorios sistémicos.

9/02/94 Al no obtenerse mejoría  nos es derivado para efectuar un tratamiento homeopático.

Como dato biopatográfico se obtuvo el posible desencadenante de este caso, que fue la llegada de un gatito en noviembre de 1993. a partir de este momento “Kitty” comenzó a aislarse, a estar arisco y se tornó muy agresivo y colérico. Llegó a refugiarse en una terraza y evitar todo contacto con sus dueños.

Dado lo molesto de las lesiones se repertorizan los síntomas locales:

-   CARA, DECOLORACIÓN, roja, mentón, en general   

-         CARA, ERUPCIONES, mentón, en general

-         CARA, ERUPCIONES, mentón, dolorosa

-         CARA, ERUPCIONES, dolorosas, mentón 

Se prescribe Sulphur 30 C, 10 glóbulos cuatro veces por día.

16/02/94 La dueña nos comenta que al tercer día del tratamiento Kitty comenzó a estar más sociable, bajó de la terraza “y volvió a estar tan mimoso como antes”.

Se mantuvo el medicamento y potencia. En una semana desaparecieron las lesiones del mentón y se suspende el remedio.

CONCLUSIONES

Estos dos casos tienen muchas diferencias entre sí, pero hay que hacer notar que comparten muchas similitudes:

-         Ambos casos son funcionales

-         Solo se tomaron los síntomas particulares, y a partir de ellos se encontró el simillimum.

-         En los dos casos se evidencia una falta de reacción a todos los tratamientos anteriormente realizados.

-         En ninguno de los dos casos se logró hacer un verdadero diagnóstico clínico. Podríamos decir por ejemplo, que el primer caso padecía una enteritis crónica o idiopática, y en el segundo caso una alergia o una foliculitis bacteriana.

Es frecuente que se utilice la descripción sintomática o de una lesión en reemplazo del verdadero diagnóstico clínico. Aunque reconocemos que a veces es todo lo que se puede hacer, sabemos que un enfoque de este tipo es muy superficial.

¿Es posible que hayamos curado enfermedades que no se conocen todavía?. Es perfectamente posible, pero sin restarle importancia al diagnóstico clínico, debemos destacar el hecho que fue posible curar a estos pacientes aún sin él.

Es que el homeópata no solo intenta el diagnóstico clínico, sino que además realiza un diagnóstico individual, uno biopatográfico o constitucional, y uno del medicamento.

Aunque en algunas ocasiones no podamos llegar a alguno de estos diagnósticos, aún tenemos chances de poder ayudar a nuestros pacientes y analizar sus padecimientos con la mayor profundidad posible. Se hace evidente una vez más, la capacidad única del medicamento homeopático, que nos permite curar actuando directamente sobre el mismo origen de los desequilibrios que provocaron la enfermedad.






     
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