Hay razas de perros que no necesitan hacer más ejercicio del que hacen con su movimiento cotidiano por la casa, son los más pequeños, son los que pertenecen a las “razas de compañía”, como el Pequinés, Shih-tzu, York Shire Terrier, etc. Los perros medianos y grandes no entran en esta categoría, y necesitan hacer una cantidad mínima de ejercicio al día. Esta cantidad no necesariamente está relacionada con el tamaño del animal, y es de fundamental importancia no sólo para el bienestar físico, sino también para el equilibrio psíquico, ya que es la prevención más eficaz contra una de las principales enfermedades de los perros de las grandes ciudades: el aburrimiento.
Los que más ejercicio necesitan son las razas originalmente seleccionadas para cazar, como el Setter, Pointer, e incluso el Cocker Spaniel y Fox Terrier. Claro que hay excepciones, ya que por ejemplo el Caniche y el Dachshund o “perro salchicha”, que son originariamente perros de caza, se las pueden arreglar con menos ejercicio. El Dálmata, cuya selección fue orientada para trotar junto a las carrozas, a pesar de no ser un perro de caza, necesita mucho ejercicio. Los perros de guardia, como el Ovejero Alemán, Ovejero Belga, Dobermann, Boxer, etc., son los que más ejercicio necesitan para mantenerse en buena forma. No hay que dejar fuera de esta categoría a las razas de tiro, de las cuales la más frecuente en nuestro medio es el Siberian Husky, que durante miles de generaciones fue seleccionado para el pesado trabajo de tirar de los trineos en las más rigurosas condiciones climáticas.
Hay que armarse de una buena dosis de paciencia y constancia para acostumbrar a pasear a un perro “sin que tire tanto”. Si es de una raza de caza o tiro, su instinto lo empuja a alejarse de nosotros a su propio ritmo. No es raro que los dueños de un Siberian Husky nos diga que no sale a pasear porque su perro tira mucho. En estos casos no queda más remedio que usar el tan temido y difamado “collar de ahorque”, lo que no quiere decir que vayamos a ahorcar a nuestra mascota, sino que al tirar del collar incomodamos un poco a nuestro amigo, y de esta manera asocia su actitud de tirar con la incomodidad que el collar le genera, para que se acostumbre a pasear a nuestro ritmo. Es mejor esto a que terminen permanentemente encerrados, ya que esto deteriora mucho su calidad de vida.
A pesar de su gran tamaño, perros como el Gran Danés, el Dogo Argentino o el Mastín, quizás por su temperamento más tranquilo se las arreglan con menos ejercicio.
Hay gente que se asusta mucho por la tendencia de los perros a jadear, ya que piensa que lo está sobreexigiendo. Si bien es necesario que la cantidad de ejercicio que hace un animal no acostumbrado vaya aumentando gradualmente, es muy difícil que podamos con un paseo común someter a un perro a una exigencia peligrosa para su vida, salvo en los casos en que padecen enfermedades importantes o tienen una avanzada edad. El jadeo depende no solo del ejercicio, sino también de la temperatura ambiente. Los perros no pueden bajar su temperatura corporal sudando copiosamente, como lo hacemos nosotros y los caballos, así que utilizan la respiración para realizar esta función. Por ello es posible que un perro que no está haciendo ejercicio, en días de elevada temperatura y humedad jadee intensamente en algún momento.
La situación con respecto al paseo, es totalmente distinta para los gatos, ya que éstos, ya sea en la casa o en libertad, se mueven dentro de los límites de un territorio al que consideran propio. Si adquieren la costumbre de moverse poco, al no tener necesidad de cazar para comer o de defender su territorio, entonces engordarán, y la única alternativa para manejar este problema suele ser una dieta especial para evitar la obesidad. Es muy difícil acostumbrar a un gato a pasear para que realice ejercicio, un consejo muy útil es acostumbrarlo a jugar con nosotros para que haga un poco de ejercicio extra, siempre y cuando él quiera.
