“Tengo mi gata de 12 años muy enferma, pienso que va a morir y estoy muy triste. Escuché una nota suya en la radio, donde decía que hace Homeopatía Animal y me gustaría contactarme con usted,Dr. Longo, para que la atienda. Quiero, para ella, lo mismo que para mi: ningún método invasivo y un digno final, por eso elegí la homeopatía. Espero su respuesta, ya que vivo en Saladillo y no puedo llevarla a su consultorio.”
Así comenzó la segunda parte de la vida de Michi, una gata siamesa que llegó a mis manos accidentalmente, cuando tenía 7 meses.. Hermosa, muy asustadiza y llena de temores. Tal vez la vida no había sido muy generosa con ella hasta ese momento. Desde el primer día, supimos que nos íbamos a entender. Y así fue. Divertida, enamoradiza y callejera (enamoró a todos los gatos del barrio), tuvo su primer cría al año, al lado mío, como debía ser. Dormíamos juntas y más de una noche tuve que salir a buscarla por los baldíos del barrio, porque como todos los gatos, amaba pasear en la oscuridad .
Luego vino la castración y, guerrera de alma, nunca permitió que ningún gato invadiera su espacio. Entre Michi y yo hubo algo maravilloso, fue como un eterno romance. Compartíamos todo amorosamente. Hasta que un día se fue al jardín y no quiso volver a casa. Se tiró entre las plantas, muy enferma y no se movió más. No comía, no tomaba agua. Los veterinarios del lugar me sugerían internarla, canalizarla, hacerle análisis… Yo, no podía permitir que a esa parte de mi vida, que estaba envejeciendo y que a lo mejor había elegido morir, la invadieran, la hicieran sufrir en su hora final. Pasé unas cuantas siestas al lado de ella, hablándole, acariciándola y llorando. Hasta que un día, por esa magia que tiene la vida, escuché la dirección de Internet del Dr. Miguel Onofrio Longo y le mandé el mensaje que encabeza esta historia. Todo fue mágico: la atención del Dr. Miguel, su medicación y su preocupación, a través de la distancia, por Michi.
Qué lindo fue verla recuperarse diariamente, de a poquito, empezar a comer, a pararse y a caminar nuevamente!!!! Qué lindo!!!! Ustedes no saben lo que sentimos todos en aquel momento!!!. La reina de la casa volvía a vivir!!! Y se puso hermosa y recuperamos los paseos por el jardín y las charlas y las travesuras. De nuevo jugar debajo de las sábanas cuando hacía la cama, esconderse dentro de mis bolsos de viaje cuando percibía que me iba por unos días…!!!!!! Seguía con su tratamiento homeopático sin ningún problema. Así vivió 3 años, intensamente, hasta que un día decidió partir, pero esta vez fue en serio.
Tenía 15 años. Murió un domingo muy feo, muy húmedo, con su cabecita apoyada en mi rodilla, mientras que por teléfono, ese Dr. Miguel que me había hecho sentir que Michi no se moriría nunca, me acompañaba (sin que él lo supiera), dándome un abrazo gigante con sus palabras.
Nos dimos lo mejor y su presencia y su amor me acompañarán siempre.
Cuento esta historia en agradecimiento al Dr. Miguel, por quien siento un gran afecto y para que se conozcan los beneficios del tratamiento homeopático en las mascotas, en manos de un profesional excelente.
¡¡¡Gracias Michi, Gracias Mirta!!!